Al realizar las calibraciones IN-SITU estas suelen ser las preguntas más recurrentes:
“Compré la balanza hace poco, seguro que no tiene error, ¿por qué tengo que calibrarla?”
“No tengo ningún problema en mi línea de producción, así que todo está perfecto, ¿por qué debería calibrar mi sonda de temperatura?”
“Mi manómetro funciona bien, ¿seguro que tus equipos van correctamente?”
Evidentemente el cliente desconoce que, aunque un equipo sea nuevo, puede que presente una ligera desviación de los valores “perfectos”. Por ejemplo, en instrumentos de pesaje, no medirá igual una balanza en fábrica que en el domicilio del cliente por las diferencias en la gravedad, o un termómetro de lectura directa puede introducir error en la medida si entre el display y la sonda hay desperfectos en la instalación (cable pinzado, humedad en el cableado que aporta resistencia, etc) …
Aunque un equipo sea nuevo, es conveniente realizar una calibración de éste, ya que sólo así conoceremos sus posibles errores en el rango calibrado. Además, al realizar la calibración se pueden solicitar puntos de especial interés para el cliente, como que uno de los puntos de pesada sea 500g (para un cliente que fábrica un producto con un peso aproximado), o que nos solicite una calibración de un TLD en 25ºC y en 75ºC (siendo éstos los puntos de trabajo del cliente).
Es poco frecuente que el cliente dude del correcto funcionamiento de nuestros patrones, pero para ello realizamos los controles pertinentes a nuestros equipos para asegurar su correcto funcionamiento dentro del rango acreditado.
La importancia de la calibración de un equipo
En resumen, podemos decir que es importante calibrar un equipo porque sólo así obtendremos datos sobre la exactitud y precisión del instrumento que no nos proporciona el fabricante al obtener el equipo, además de poder personalizar estos datos a nuestro rango de trabajo.
Autor: Francisco Alonso– Técnico de calibración In Situ