¿En qué consiste?
La calibración In-Situ consiste en todos aquellos trabajos de calibración, que por diferentes razones no pueden ser realizados en el laboratorio permanente. Se realiza de la misma manera que si los trabajos fueran en laboratorio permanente, pero con la peculiaridad de que es el técnico el que se desplaza a las instalaciones del cliente con los patrones de calibración.
¿Por qué?
Las razones por las que un instrumento se calibra en las instalaciones del cliente son variadas:
- Características del instrumento: todo instrumento que no se pueda transportar debido a su gran tamaño (máquina de ensayo, proyector de perfiles) o que pueda sufrir desajustes debido a las vibraciones sufridas por el transporte (por ejemplo, balanzas analíticas o de precisión) deberá ser calibrado in-situ.
- Lugar de calibración: Calibrar determinados instrumentos en un lugar diferente al emplazamiento habitual puede afectar al estado de calibración. Diferentes condiciones en la temperatura, humedad, presión atmosférica, gravedad local, etc, pueden afectar al equipo y si no se tienen en cuenta posteriormente en el uso del mismo, pueden acarrear errores grandes en las medidas posteriores, por lo que es conveniente realizar la calibración en el mismo emplazamiento que el uso habitual.
- Necesidades de la producción: Es uno de los principales motivos de la calibración in-situ. Se evitan envíos de instrumentos de medida a laboratorio y tiempos muertos en los que el equipo ya calibrado deja de estar disponible para el cliente y por lo consiguiente retrasos en su producción. De esta forma es el laboratorio quien se adapta a las necesidades de producción del cliente realizando la calibración en planta y minimizando el impacto en su trabajo diario.
En resumen, el servicio de calibración in-situ es vital para todo tipo de empresas, tanto para aquellas que están integradas por una gran cantidad de instrumentos y maquinaria pesada , como las que por producción, tamaño o rangos, no pueden enviar sus equipos a laboratorio.