Es habitual encontrar los conceptos de exactitud y precisión asociados a las características de algunos instrumentos de medida, bien en las especificaciones técnicas de los mismos o en documentos técnicos, por ejemplo, normas de ensayo.
No es extraño leer en alguna norma de ensayo en el apartado de equipamiento, frases como:
“…la prensa de compresión a utilizar debe tener una precisión del 1%”
“…el indicador de presión deberá tener una exactitud igual o mejor que 1,6%…”
El Vocabulario Internacional de Metrología (VIM) define exactitud como la proximidad entre un valor medido y un valor verdadero de un mensurando (valor de una magnitud compatible con la definición de la magnitud). Es decir, podríamos asociar este concepto al de error, podemos decir que una medida es más exacta cuanto más pequeño es el error de medida.
Por otro lado, el VIM define precisión de medida como la proximidad entre las indicaciones o los valores medidos obtenidos en mediciones repetidas de un mismo objeto, o de objetos similares, bajo condiciones especificadas. Es decir, podemos asociar este concepto al de repetibilidad.
Es fácil entender que, en muchos casos, no podemos interpretar las normas literalmente. Un instrumento puede tener una repetibilidad buena pero no ser exacto, el equipo puede tener una precisión inferior al 1% pero también puede tener unos errores de indicación muy grandes, del orden del 20%. ¿es este un equipo apto para utilizar en el ensayo de compresión que comentábamos antes? Evidentemente no.
¿Cómo podemos saber si nuestro equipo cumple las exigencias marcadas y es apto para un uso específico?
Para estar seguros de que nuestro instrumento es apto para el uso al que está destinado, introduciremos una herramienta que englobe de alguna manera los conceptos de exactitud y precisión: la INCERTIDUMBRE DE USO.
La incertidumbre de uso asociada al equipo debe tener en cuenta la incertidumbre de calibración y el error (o corrección) de calibración, entre otras contribuciones.
Para obtener dicha incertidumbre, es necesario calibrar el instrumento primero. La información mínima que debe contener un certificado de calibración es la incertidumbre de calibración (la cuál tiene en cuenta la repetibilidad del instrumento) y la corrección o error de calibración (diferencia entre el valor leído por el instrumento y el mismo valor materializado por un patrón de referencia).
Una forma sencilla y quizás más conservadora de obtener la incertidumbre de uso sería realizando una suma lineal entre el valor absoluto del error y la incertidumbre de calibración (realmente habría que tener en cuenta otras contribuciones, relativas al uso del instrumento, que se deberían evaluar).
Asociaremos el concepto de incertidumbre de uso con el de precisión y exactitud. A partir de ahora, podemos interpretar que cualquiera de estos conceptos indicados en una norma se refieren a la incertidumbre de uso, de manera que, si nuestra incertidumbre es inferior al valor indicado por la norma, asumiremos que el equipo es apto para su uso.
Autor: Pablo Jiménez – Coordinador de operaciones.